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FALSETA: Hay evidencia de que la tecnología 5G afecta la salud
julio 7, 2020
En el cantón El Guabo, en la provincia de El Oro, se registraron protestas por la instalación de una antena 5G, según reportaron varias páginas de Facebook este 6 de julio. Pero Janeth Pesántez, comisaria municipal, explicó que se retuvo a trabajadores en el barrio Lago Verde por la colocación de una antena de telecomunicaciones sin el permiso correspondiente durante el estado de excepción, sin especificar si se trataba de una antena 5G.  Las teorías de que el 5G ayuda a propagar el coronavirus o afecta la salud en otras formas no son nuevas ni exclusivas de Ecuador, pero no han sido comprobadas.  En 2019, las protestas en Suiza llevaron a frenar la instalación de antenas hasta que haya más datos del impacto en la salud. Ese mismo año, la red de Ecologistas en Acción pidió a las autoridades en un comunicado un control más estricto antes de instalar esta tecnología, sin conocer por completo sus posibles efectos sanitarios y ambientales.  La desinformación se exacerba porque la instalación de la tecnología empezó a concretarse en ese año y continúa en diversas ciudades del mundo, incluso durante el confinamiento. En Ecuador, la operadora Claro inició las pruebas de 5G en septiembre de 2019. Un mes antes, Movistar también realizó demostraciones, al igual que la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), debido a un programa del Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Mintel) para generar un ambiente de prueba en Quito.    Según el informe del Mintel, la mayor oportunidad de desarrollo y despliegue de infraestructura se registra en las redes 3G y 4G, las que en el 2015 tenían una cobertura poblacional de 90% y 32%, respectivamente. Entre los principales objetivos del Gobierno está lograr el 98% de cobertura de 2G y 3G para 2021, y el 80% de cobertura de 4G para 2021. No hay reporte de estado ni metas para el 5G en Ecuador.  Pero ¿qué es el 5G? Según el sitio especializado en temas del campo electromagnético, EMF Explained, es la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil que, como todas, utiliza ondas electromagnéticas no ionizantes. Es la evolución lógica de la red 4G que utilizan millones de celulares y otros dispositivos para poder conectarse a Internet, desde hace más de 30 años. Lo que trae de novedoso la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil es mayor velocidad de descarga y navegación para más dispositivos, dado que cada vez más personas se conectan y hacen más lenta la experiencia en la red.  Y aunque las ondas llevan energía de un sitio a otro, no pueden modificar el ADN de nuestras células. El ingeniero Edison Toala explica por qué son inocuas: “la radiación electromagnética, que es la que usan todos los aparatos que nos rodean (teléfonos móviles, televisión, radio común, wifi, hornos microondas) no tiene capacidad para dañarnos”.  Técnicamente, las redes 5G no pueden causar ni empeorar un caso de COVID-19 ni ninguna otra enfermedad, debido a que no pueden arrancar electrones de la materia. Y es considerado como de baja probabilidad cancerígena según una tabla de la Agencia Nacional de Investigación sobre el Cáncer.  Las redes 5G requieren más antenas de transmisión que estén cerca de la superficie terrestre, a diferencia de las 4G, pero las ondas viajan en forma directa a distancias más cortas hasta los dispositivos de los usuarios y a un nivel de potencia inferior a la cuarta generación.  5G y COVID-19 La Comisión Internacional sobre la Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP por sus siglas en inglés), organismo con base en Alemania, dictaminó que no hay evidencias de que suponga un riesgo para la salud.  “La exposición a EMF de dispositivos 5G no causa COVID-19, ni tiene ningún efecto sobre el proceso de la enfermedad o los resultados de salud de aquellos que están infectados por el nuevo virus corona (SARS-CoV-2) que causa COVID-19. Según lo descrito por la OMS, se debe entrar en contacto físico con el nuevo coronavirus para infectarse con él, y como los EMF de 5G no pueden transportar virus, no pueden ponerlo en contacto con el virus”, describe. La Organización Mundial de la Salud afirma que hasta ahora se han llevado a cabo pocos estudios sobre las frecuencias utilizadas por el 5G (porque es una tecnología que está instalándose), aunque desde 2006 marcaron pautas claras respecto a las radiaciones electromagnéticas.  “Teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud”, dice el documento. La OMS está realizando una evaluación de riesgos para la salud por exposición a radiofrecuencias que se publicará en 2022.

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